La industria es una cadena de necesidades y soluciones bien
conectada. Para nosotros las preocupaciones o exigencias del mercado, en
relación con la mercancía y cómo transportarla, es un pilar para el diseño y
concepción de muchas carrocerías.
Pensemos que un vehículo blindado para transporte de fondos, una
ambulancia o furgón de carga seca, tienen soluciones técnicas muy diferentes,
pero cada uno de ellos ha surgido de necesidades especiales del transporte.
En esta línea queremos
comentar una necesidad que muchos fabricantes de segunda fase nos han
trasladado durnte meses en relación con la actividad particular del transporte
de medicamentos. La pregunta era muy clara: ¿Qué necesidades especiales tiene
un vehículo para el transporte de medicamentos? Normalmente, cuando el río
suena, agua lleva, y si los carroceros consultan mucho sobre un mismo asunto es
que los transportistas necesitan información.
Efectivamente, en noviembre de 2013 la Comisión Europea
publica una comunicación sobre prácticas correctas de distribución de
medicamentos para uso humano con el fin de ayudar a los distribuidores
mayoristas a realizar sus actividades.
La idea es sencilla: las condiciones de almacenamiento necesarias
para los medicamentos deben mantenerse durante el transporte dentro de los
límites definidos en la descripción del fabricante o en el embalaje. Dentro de
esta idea hablamos de limpieza, estiba y temperatura. Obviamente, los vehículos
se deben poder limpiar con facilidad, la mercancía se debe estibar de forma que
no comprometa su estado ni embalaje y uno de los puntos más delicados, se deben
mantener a la temperatura indicada por el fabricante. Es posible que un sistema
para monitorizar la temperatura llegue a ser necesario.
Las temperaturas más
usuales de transporte y conservación de los medicamentos perecederos son: la
del nitrógeno líquido, del orden de los –190 ºC, la de la nieve carbónica de
–70 ºC, la de congelados –20 ºC, la de refrigeración, entre 2 y 8ºC y algunos especiales a
temperaturas próximas a la ambiente de 20ºC. Por norma general, la banda de
temperatura más empleada es sin duda, la de refrigeración entre 2 a 8 ºC.
Dependerá de las ciudades
donde se realice el transporte, pero por norma habitual entre los laboratorios
y los grandes centros de distribución, el transporte suele hacerse en vehículos
frigoríficos de grandes dimensiones con equipos de producción de frío, pero en
las ciudades y la distribución local se utilizan vehículos pequeños (furgonetas).
En cualquier caso, esta furgoneta es posible que necesite como poco ser
isoterma y en muchos casos, dependiendo de los medicamentos a transportar, de
un equipo de frío para poder cumplir su cometido. En muchos casos, en la última
fase de distribución las cantidades transportadas son tan pequeñas que se
utilizan contenedores reutilizables con materiales de cambio de fase, (PCM)
para los medicamentos más delicados. Es una solución muy práctica. Es
recomendable la utilización de vehículos que transporten exclusivamente
medicamentos, pero no es una obligación. En cualquier caso, los medicamentos no
pueden compartir espacio con otros productos que puedan comprometer su calidad.
La verificación de que se cumplen los requisitos establecidos en
la guía de Buenas Practicas de Distribución para los vehículos, corresponden en
primer lugar al transportista y en segundo lugar a las autoridades sanitarias
(AEMPS o CCAA). Es importante remarcar que el transporte de medicamentos no
está regulado por la normativa ATP para el transporte de mercancías perecederas
y un vehículo con esta certificación puede ser apto o no. Lo importante es que
el vehículo cumpla las condiciones que marca la guía de Buenas Practicas.
El carrocero diseña y
fabrica vehículos y contenedores isotermos y frigoríficos a medida para este
tipo de transporte donde el amarre y almacenamiento de la carga es vital
también para no comprometer la calidad del medicamento.
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